Reproducción selectiva de plantas y animales

 El mejoramiento de plantas se inició desde la época de los asirios y babilónicos quienes, desde el 700 a. C., polinizaban artificialmente las palmas datilcras. Asimismo, se sabe que los mexicanos hacían cruzas para mejorar el maíz, al grado de haber obtenido un gran número de variedades diferentes a partir de la planta original a la que se le conoce como teocintle

Las cruzas de plantas para obtener variedades mejoradas han llevado al desarrollo de cultivos cada vez más eficientes, resistentes a plagas, y que producen grandes cosechas. Estas cruzas se basaron primero en las observaciones de los agricultores, que de manera errinírica seleccionaban las plantas con características deseables y manipulaban la polinización para asegurarse de que dichas características se mantuvieran presentes en las siguientes generaciones. Más adelante, con el conocimiento y la aplicación de las leyes de Mendel, fue posible realizar cruzas selectivas con mejores resultados. Así fue que se logró el mejoramiento en los cultivos de los cereales básicos: trigo, maíz y arroz, así como en las verduras y frutas de mayor consumo en el mundo. Las diversas variedades de manzanas, los plátanos sin semilla o las fresas con frutos grandes son el resultado de cruzas seleccionadas entre organismos de la misma especie. De la misma forma, aplicando los principios de las leyes de Mendel, los ganaderos han aprendido a hacer cruzas seleccionadas de diversas variedades de las especies más utilizadas para beneficio del ser humano, como los bovinos, las ovejas o los caballos. Por ejemplo, sabemos que existen más de 300 variedades de ganado bovino, y todas ellas provienen de una sola, original, a partir de la cual, por las cruzas en las que se elige mantener determinada característica, como la producción de leche o la resistencia a las enfermedades, se han obtenido toda una gama de colores de piel, tamaño, forma del cuerpo, etc