En 1992 se celebró en Río de Janeiro, Brasil, la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
también conocida como la "Cumbre de la Tierra". Dicha reunión generó
tres logros significativos en materia de protección ambiental: la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(UNFCCC, por sus siglas en inglés), la Convención de Lucha contra la
Desertificación (UNCCD) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica
(CDB), siendo este último el primer acuerdo mundial enfocado en la
conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.
El CDB ganó rápidamente una aceptación
generalizada y más de 150 gobiernos firmaron el documento en el marco de
la Cumbre en Río de Janeiro.
El Artículo 6 del CDB establece:
“Cada Parte Contratante, con arreglo a sus condiciones y capacidades particulares:
a) Elaborará estrategias, planes o programas nacionales para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica o adaptará para ese fin las estrategias, planes o programas existentes, que habrán de reflejar, entre otras cosas, las medidas establecidas en el presente Convenio que sean pertinentes para la Parte Contratante interesada; yb) Integrará, en la medida de lo posible y según proceda, la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica en los planes, programas y políticas sectoriales o intersectoriales.”
Por lo tanto, es una obligación
de las Partes elaborar estrategias, planes o programas nacionales
para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica
que sean congruentes con los objetivos del Convenio.
El CDB tiene tres objetivos principales:
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