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viernes, 3 de agosto de 2012

Plaquetas




Las plaquetas son otro componente importante de tu sangre. Las plaquetas son pequeños trozos pegajosos de material celular que ayudan a evitar las hemorragias y forman un coágulo de sangre cuando se produce un corte o ruptura de un vaso sanguíneo. En la fotografía de arriba se puede apreciar una ampliación de un grupo de plaquetas, vistas a través de un microscopio electrónico.
Para producir plaquetas, la célula madre se transforma en una fábrica de células llamada megacariocito. Ésta es una enorme célula con muchos núcleos, que nunca sale de la médula ósea, pero produce muchos fragmentos pequeñísimos. Esos fragmentos son las plaquetas, pequeños trozos de citoplasma, o material celular.
Las plaquetas salen de la médula ósea para circular libremente en el torrente sanguíneo. Normalmente tienen un aspecto redondeado y liso, pero cuando se activan para conectarse unas con otras producen unas salientes puntiagudas y sus bordes se hacen rugosos. Cuando, debido a una herida, se produce una ruptura en la pared de un vaso sanguíneo, las plaquetas reaccionan adhiriéndose al corte y, en cuestión de minutos, producen un tapón provisorio que detiene la pérdida de sangre.

Las plaquetas también atraen una proteína presente en la sangre, la fibrina, y la usan para formar una densa red en la que atrapan glóbulos rojos y rápidamente forma un coágulo.
Del lado exterior de un corte sólo se ve una costra dura que se forma sobre la herida. Mientras quede parte de la herida sin sanar en la pared del vaso, el coágulo constantemente se formará, se disolverá y se volverá a formar con nuevas plaquetas, para evitar la pérdida de sangre. Cuando crezcan nuevas células sobre la herida y ésta finalmente sane por completo, el coágulo se eliminará y la sangre fluirá otra vez normalmente por el vaso.