A pesar de que la respiración es uno de los procesos más importantes en nuestro cuerpo, muchas veces los humanos nos olvidamos de esto y le causamos daños innecesarios a nuestro sistema respiratorio.
Veamos algunos de estos problemas.
Contaminación: Los contaminantes ambientales pueden afectar de manera importante las vías respiratorias. En este caso, las personas están expuestas a los factores que les provocan enfermedades sin poder evitarlo, a menos que se cambien de residencia o de trabajo. Las grandes ciudades son las que concentran mayor cantidad de contaminantes ambientales y éstos, además, reaccionan entre sí produciendo nuevos compuestos que son aún más peligrosos. Uno de los principales efectos en el sistema respiratorio debido a la contaminación es el daño que el ozono causa a las mucosas respiratorias, resecándolas e irritándolas, lo que aumenta la susceptibilidad a enfermedades causadas por virus y bacterias El dióxido de azufre y el monóxido de carbono también irritan las vías respiratorias y pueden provocar asma, bronquitis crónica o enfisema pulmonar
Tabaquismo:
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Tabaquismo El sistema respiratorio es severamente afectado
por el humo del tabaco El cigarro contiene pan cantidad de sustancias tóxicas
que afectan en distintos niveles al tracto (aparato) respiratorio. Para
empezar, cuando se inhala el humo por la nariz y éste llega a la tráquea y los
bronquios, los cilios de estos órganos se paralizan hasta por una hora y dejan de
eliminar las partículas inhaladas, dando paso a todos los compuestos que forman
parte del tabaco.
Hasta ahora se han identificado unos 4 700 compuestos
químicos en el tabaco, de los cuales algunos dañan el recubrimiento interno de
los vasos sanguíneos, causando arteriosclerosis y más de 40 tienen efectos
cancerígenos. Se ha demostrado que algunos de estos agentes carcinogénicos
causan mutaciones en las células que recubren al sistema respiratorio y por ese
motivo las inducen a multiplicar-se sin control, creando tumores que en 90% de
los casos conducen a la muerte en menos de tres años.
El humo de los cigarros
también de-tiene la acción de los macrófagos, células de defensa que atrapan y
engullen partículas extrañas y bacterias. Así, bacterias, humo y polvo tienen
mayor acceso a los pulmones y pueden causar mayor daño. Estas partículas se van
acumulando en las paredes internas de los alveolos y ennegrecen los pulmones,
favoreciendo el desarrollo de enfermedades como la bronquitis crónica, el
enfisema y el cáncer El enfisema produce la ruptura de los aseolos,
disminuyendo gradualmente la capacidad de oxigenación
r causando dificultades para respira4 hasta que se produce
la muerte Las personas que fuman fuerzan también a su corazón, el cual trabaja
70% más debido a que su sangre transporta, además de oxígeno, monóxido de
carbono. Si a esto sumamos la arteriosclerosis que inducen algunos componentes
del tabaco, si eleva notablemente el riesgo de enfermedad cardiaca en los
fumadores. Las personas que se encuentra./ cerca de un fumador son fumadora
pasivos y también reciben el daño de cigarro porque aspiran el humo. Las esposas
de los fumadores tienen 301 más probabilidades de desarrollar infarto al
miocardio y cáncer pulmón que las esposas de los no fumadores Los bebés de
mujeres embarazadas fumadoras al nacer pesan promedio 170 gramos menos y á nen
un doble riesgo de ser abortad o de morir al nacer, con respecto a bebés de
mujeres que no fuman. Considerando reportes de la organización Mundial de la
Sal (OMS), el uso mundial del tabaco alcanzado la proporción de una epidemia
global con pocos signos de abatida. En 1998, se estimaba que tabaco causaba 3 5
millones de mutes alrededor del mundo; es decir, mil muertes diarias. En el
ario 2C esta cifra ha ascendido a 5 millones muertes al ario, lo cual equivale
a una persona muere cada 6 según por causa del consumo de tabaco.
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