Como hemos visto, muchos organismos se reproducen de manera
asexual. Ésta es una forma rápida y efectiva para lograr una abundante descendencia.
Sin embargo, en este caso todos los descendientes son idénticos a sus
progenitores. En el transcurso de la evolución los organismos desarrollaron la reproducción
sexual. Este tipo de reproducción proporciona ventajas que favorecen a la especie
al combinar las características de ambos progenitores y así obtener un
descendiente que pueda superarlos en cuanto a su adaptación al medio ambiente
en que vive. Nosotros mismos somos el resultado de la unión de nuestra madre y
nuestro padre, y nos parecemos a cada uno de ellos, pero somos únicos e
irrepetibles y ésa es una característica favorable tanto desde el punto de
vista biológico como humano.
Ahora veamos el proceso de reproducción sexual desde el
punto de vista celular. La mayoría de nuestras células tienen dos juegos de
cromosomas: uno que recibimos de nuestro padre y otro proveniente de nuestra
madre, de manera que se dice que tenemos un número diploide de cromosomas, que
se representa como 2n. Los cromosomas humanos se agrupan en parejas de
cromosomas homólogos, que son similares en forma y función. El único par de
cromosomas que no siempre es homólogo en el ser humano es el par 23, que en los
hombres está formado por el cromosoma XY, mientras que en las mujeres —que sí
es homólogo— es el XX. Las células sexuales, es decir, los óvulos y
espermatozoides, son las únicas células de nuestro organismo que no tienen dos
juegos de cromosomas, sino uno solo. ¿Podrías explicarte por qué?
Imagina que un óvulo de 46 cromosomas se fusionara con un
espermatozoide de 46 cromosomas, el hijo resultante tendría ¡92 cromosomas!:
sería un mutante y seguramente no sobreviviría. Para que en el proceso de
reproducción se mantenga el número de cromosomas correspondiente a la especie,
es preciso que las células sexuales sólo tengan la mitad de ese número, así, al
fusionarse, dan lugar a un nuevo individuo en el cual se va a restituir la
cantidad de cromosomas que caracteriza a su especie. Se dice que las células
sexuales son haploides, por tener un solo juego de cromosomas, y se les
representa como células n. En el ser humano el número diploide o 2n es de 46
cromosomas, y el número haploide, que corresponde a las células sexuales, es de
23.
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