Existen tres tipos de linfocitos: linfocitos T, linfocitos B y células natural Killer (NK), los linfocitos B son capaces de diferenciarse a plasmocitos para secretar inmunoglobulinas (anticuerpos)
Los linfocitos componen una parte diferente de las defensas porque se ocupan de otros asuntos. Su actividad es lenta pero muy segura. La función de los linfocitos es entrenarse para conocer y reconocer a los microorganismos que entran en nuestro cuerpo. Sus funciones son:
- Identificar a cualquier microbio extraño.
- Reconocer si es peligroso.
- Saber si debe ser eliminado.
- Recordarlo por si vuelve a venir.,
En esto de reconocer algo como propio o como extraño, los linfocitos dejan pasar muchas cosas: los alimentos, las medicinas, etc. Todo aquello que los linfocitos reconocen como extraño recibe el nombre de antígeno. Por ejemplo: el virus de la varicela es un antígeno, el virus de la gripe es un antígeno, la bacteria salmonella es un antígeno (el polen es un antígeno para una persona alérgica al polen, pero no lo es para quien no lo sea).
Los plasmocitos derivan de la transformación de los linfocitos B estimulados ante la presencia de antígenos. A su vez, los linfocitos B penetran al tejido conectivo desde la sangre.
Los plasmocitos producen inmunoglobulinas (anticuerpos) contra los antígenos, son los principales efectores de la llamada respuesta humoral.
Se hallan en todos las regiones corporales. Sin embargo, son muy abundantes en áreas susceptibles a la entrada de bacterias.
Son grandes células ovales, con un núcleo característico con la cromatina en "rueda de carro".
Plasmocitos en H-E. x 400.
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