Cuando el espermatozoide logra
atravesar la capa que protege el óvulo, se produce la fecundación mediante la
fusión de estas dos células. La entrada del espermatozoide al óvulo genera un
cambio químico en la membrana, de manera que se impide la entrada de otro
espermatozoide.
Una vez que se ha llevado a cabo la fecundación, se inicia el
desarrollo embrionario. Por el proceso de segmentación, el cigoto
se divide primero en dos células, luego en cuatro y así sucesivamente, hasta
formar una masa de células llamada mórula. Después, la momia sufre algunos
cambios en su forma y se inicia la diferenciación de las células de acuerdo con
las funciones que van a realizar dando lugar al blastocisto. Éste avanza por las
trompas de Falopio y se implanta en el útero a los seis o siete días después de
la fecundación.
A partir de la anidación o implantación, se diferencian las
células para formar los distintos órganos. En el blastocisto se diferencian dos
tipos de células: unas que darán lugar a la placenta y al saco amniótico, y
otras que darán lugar al embrión. Las células del embrión pronto se acomodan en
su lugar, y comienzan a diferenciarse y a dar lugar a los distintos órganos del
cuerpo El primero que se forma es el tubo neural, que se desarrolla en la zona
dorsal, es decir, en la espalda. Después se forma el cerebro y el corazón
empieza a latir a la tercera semana. Enseguida se forman los ojos, la nariz,
los oídos y el tubo digestivo. En la quinta semana se forman los
pulmones y se empiezan a formar las extremidades inferiores y superiores.
En la
sexta, se forma el oído externo y los radios de los dedos. A las ocho semanas
los genitales empiezan a diferenciarse, los dedos ya se pueden distinguir. A
partir de este momento deja de ser un embrión y se le llama feto, mide sólo 3
cm. En el tercer mes el feto comienza a mover brazos y piernas, sus órganos
respiratorios ya están formados y los órganos reproductores externos se empiezan
a hacer evidentes. A partir de este momento el feto se dedicará principalmente
a desarrollarse. En el segundo trimestre crecen la piel y el cabello, los
párpados están cerrados, los brazos y piernas alcanzan su proporción final. La
mujer puede percibir el movimiento y es posible escuchar el latido cardiaco. En el tercer trimestre se da un incremento notable en el tamaño,
se completa el desarrollo de los pulmones, crecen las uñas y el feto ya tiene
posibilidades de sobrevivir fuera del cuerpo de la mujer.
La placenta es el
órgano que nutre al embrión durante todo su desarrollo. Es un disco de material
esponjoso adherido fuertemente a la pared interna del útero. La placenta
realiza todos los intercambios de la mujer con el feto: recibe la sangre de
ella, la filtra y la pasa hacia el cordón umbilical, que envía los nutrientes
hacia el feto, y los desechos de éste hacia la placenta. La sangre de la mujer
y la del feto no se mezclan durante la gestación.
El feto queda envuelto en una bolsa llena de líquido,
conocida como saco amniótico, que lo protege de movimientos bruscos y de
posibles infecciones.
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