En la mujer, los óvulos crecen
y se desarrollan dentro de los ovarios. Éstos producen estrógenos y
progesterona, hormonas muy importantes en el proceso reproductivo.
La ovogénesis —producción de óvulos— empieza antes del nacimiento, por lo que,
al nacer, una niña ya tiene todos sus óvulos aunque éstos no estén todavía
completamente maduros. En la pubertad, entre 9 y 16 años, se inicia la
maduración y liberación de óvulos. Cada mes, un óvulo, que se encuentra
envuelto en un folículo, madura y es expulsado del ovario. La liberación de un
óvulo se llama ovulación. Por unos cuantos momentos el óvulo que ha sido
liberado se encuentra en la cavidad abdominal, pero es rápidamente llevado por
los cilios de las trompas de Falopio hacia el interior de este órgano. Es allí
donde el óvulo puede ser fecundado. En caso de ser fecundado, el cigoto formado
avanzará por las trompas hasta llegar al útero, donde se implanta. Si no es
fecundado, el óvulo avanza también, pero de-genera y es eliminado. El útero
tiene una capa interna de tejido altamente vascularizado llamado endometrio.
Cuando llega a implantarse el óvulo fecundado, el endometrio actúa como un nido
que lo protege.
Es en el endometrio donde se desarrollará posteriormente la
placenta. La vagina tiene una doble función: actúa como vía de entrada que
recibe el pene y el semen que éste deposita, y como canal del parto en el momento
del nacimiento. Los órganos genitales externos en la mujer se conocen en
conjunto como vulva. Ésta comprende los labios mayores, labios menores,
clítoris y glándulas de Bartholin. Los labios mayores y menores son pliegues de
la piel que se encuentran rodeando la vagina; mientras que el clítoris es un
órgano eréctil muy sensitivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario