El 30 de junio de 1804 partieron al viejo continente. El 3 de agosto llegaron a Burdeos, Francia. Luego, Humboldt se trasladó a París. Ahí, comentó a ordenar y clasificar todo lo que había recolectado en América. Ese mismo año, conoció a un venezolano de apenas 21 años, recién viudo, llamado Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, conocido más adelante como el Libertador.
Para dar a conocer lo que aprendió durante ese largo viaje, entre 1811 y 1834 publicó varios volúmenes de Voyage aux régions équinoxiales du Nouveau Continent (Viaje a las regiones continentales del Nuevo Continente). Según Uslar-Pietri (1975), parte de este libro está dedicada a Venezuela. Al mismo tiempo, otra parte de esta gran obra se encuentra algunos documentos como Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España, Ensayo Político sobre la Isla de Cuba y Sitios de las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de América. La primera de éstas comenzó a escribirla en México.
En 1827 volvió a su ciudad natal. Ahí ocurrió algo importante porque fue nombrado consejero por el Rey de Prusia (Marcano, 2004). Empezó a dictar interesantes conferencias en donde los más importantes intelectuales se reunían en los salones para escucharlo. Gracias a este hecho y a sus obras poco a poco iba adquiriendo fama.
Entre 1827 y 1828 dio clases en la Real Academia de Ciencias de Berlín. Su popularidad creció tanto que en 1829 fue llamado por el zar de Rusia. Durante nueve meses, Humboldt hizo una expedición con fines científicos al recorrer Rusia, incluyendo Siberia, los Urales y las montañas Altái, hasta llegar a la frontera con China.
Entre 1836 y 1839 salió a la luz Histoire de la geographie du nouveau continent et des progres de l'astronomie nautique aux XVe et XVIe sieclescomprenant l'histoire de la decouverte de l'Amerique (traducido al español como Cristóbal Colón y el descubrimiento de América: historia de la geografía del nuevo continente y de los progresos de la astronomía náutica en los siglos XV y XVI).
Su último libro fue Cosmos (1845-1862), considerado por muchos como su más grande obra También se le conoce como Idea General de una descripción física del Universo. Livingstone (1992), referida por Rucinque (2002) en su página web, narra lo que Humboldt predijo acerca de esta gran obra:
Tengo la loca idea de retratar en un solo trabajo todo el universo material, todo lo que conocemos de los fenómenos de cielo y tierra, desde las nébulas de las estrellas hasta los musgos que crecen en las rocas graníticas —y todo eso en estilo vívido que estimule y cautive el sentimiento. Cada idea grande e importante de mi escrito deberá ser consignada allí codo a codo con los hechos. Deberá dibujar una época en el génesis espiritual de la humanidad—en el conocimiento de la naturaleza... Mi título es Cosmos.
Falleció en Berlín el 6 de mayo de 1859, sin haber cumplido todavía los 90 años de edad.
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