Aunque existe un enorme número de bacterias implicadas
en procesos infecciosos todas ellas se parecen mucho entre si desde el punto
de vista morfológico. Su forma individual y su agrupación sólo
en raras ocasiones generan un diagnóstico definitivo.
Bien sea mediante preparaciones en fresco o bien mediante
tinciones la morfología microscópica de las bacterias ayuda a
clasificarlas en grandes grupos. Es el caso de la tinción de gram (CGN,
CGP, BGN, BGP). Sin embargo en el caso de los hongos la heterogeneidad estructural
es mucho mayor, de modo que la morfología microscópica constituye
un arma mucho más potente de identificación, incluso a veces definitiva
en casos con estructuras completamente específicas. De forma parecida
ocurre con algunas bacterias con formas celulares muy particulares. Por ejemplo
Fusobacterium es un bacilo gram negativo muy alargado y fino con los extremos
puntiagudos. Campylobacter y Helicobacter son bacilos gram negativos curvados
en forma de ese. Bacillus y Clostridium son bacilos gram positivos con forma
de caja.
La tinción de gram es muy frecuentemente el primer
paso del esquema de identificación bacteriana, y por eso se realiza muchísimo.
Cabe destacar que no siempre es fácil ubicar los aislamientos bacterianos
en la clasificación de gram. Algunas bacterias no presentan una forma
constante (pleomorfismo) y otras pueden cambiar sus propiedades de tinción
según la antigüedad del cultivo.
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