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martes, 30 de octubre de 2012

Desarrollo embrionario




Cuando el espermatozoide logra atravesar la capa que protege el óvulo, se produce la fecundación mediante la fusión de estas dos células. La entrada del espermatozoide al óvulo genera un cambio químico en la membrana, de manera que se impide la entrada de otro espermatozoide. 

Una vez que se ha llevado a cabo la fecundación, se inicia el desarrollo embrionario. Por el proceso de segmentación, el cigoto se divide primero en dos células, luego en cuatro y así sucesivamente, hasta formar una masa de células llamada mórula. Después, la momia sufre algunos cambios en su forma y se inicia la diferenciación de las células de acuerdo con las funciones que van a realizar dando lugar al blastocisto. Éste avanza por las trompas de Falopio y se implanta en el útero a los seis o siete días después de la fecundación. 
   Una vez que se ha llevado a cabo la fecundación, se inicia el desarrollo embrionario. Por el proceso de segmentación, el cigoto se divide primero en dos células, luego en cuatro y así sucesivamente, hasta formar una masa de células llamada mórula. Después, la momia sufre algunos cambios en su forma y se inicia la diferenciación de las células de acuerdo con las funciones que van a realizar dando lugar al blastocisto. Éste avanza por las trompas de Falopio y se implanta en el útero a los seis o siete días después de la fecundación.

A partir de la anidación o implantación, se diferencian las células para formar los distintos órganos. En el blastocisto se diferencian dos tipos de células: unas que darán lugar a la placenta y al saco amniótico, y otras que darán lugar al embrión. Las células del embrión pronto se acomodan en su lugar, y comienzan a diferenciarse y a dar lugar a los distintos órganos del cuerpo El primero que se forma es el tubo neural, que se desarrolla en la zona dorsal, es decir, en la espalda. Después se forma el cerebro y el corazón empieza a latir a la tercera semana. Enseguida se forman los ojos, la nariz, los oídos y el tubo digestivo. En la quinta semana se forman los pulmones y se empiezan a formar las extremidades inferiores y superiores. 

En la sexta, se forma el oído externo y los radios de los dedos. A las ocho semanas los genitales empiezan a diferenciarse, los dedos ya se pueden distinguir. A partir de este momento deja de ser un embrión y se le llama feto, mide sólo 3 cm. En el tercer mes el feto comienza a mover brazos y piernas, sus órganos respiratorios ya están formados y los órganos reproductores externos se empiezan a hacer evidentes. A partir de este momento el feto se dedicará principalmente a desarrollarse. En el segundo trimestre crecen la piel y el cabello, los párpados están cerrados, los brazos y piernas alcanzan su proporción final. La mujer puede percibir el movimiento y es posible escuchar el latido cardiaco. En el tercer trimestre se da un incremento notable en el tamaño, se completa el desarrollo de los pulmones, crecen las uñas y el feto ya tiene posibilidades de sobrevivir fuera del cuerpo de la mujer. 

La placenta es el órgano que nutre al embrión durante todo su desarrollo. Es un disco de material esponjoso adherido fuertemente a la pared interna del útero. La placenta realiza todos los intercambios de la mujer con el feto: recibe la sangre de ella, la filtra y la pasa hacia el cordón umbilical, que envía los nutrientes hacia el feto, y los desechos de éste hacia la placenta. La sangre de la mujer y la del feto no se mezclan durante la gestación.
El feto queda envuelto en una bolsa llena de líquido, conocida como saco amniótico, que lo protege de movimientos bruscos y de posibles infecciones.