El sistema nervioso dirige y controla las fimciones del
organismo, de manera que todos los órganos trabajen en armonía, tal y como un
director de orquesta se asegura de que los músicos se coordinen para lograr la
mejor interpretación de una obra. Este sistema nos permite dar respuesta a los
estímulos que recibimos del exterior, a lo que vemos, escuchamos o sentimos.
Por ejemplo, si vieras venir hacia ti un automóvil a toda velocidad, tu
respuesta sería correr para hacerte a un lado, y para ello se tendría que poner
en marcha toda una cadena de señales que finalmente le indiquen a tus piernas
que deben moverse. Nuestras respuestas a los estímulos son casi instantáneas,
gracias a la eficiencia de las neuronas, que son las células del sistema
nervioso. La función del sistema nervioso es regular todos los procesos celulares
y de los distintos órganos del cuerpo, de manera que se mantenga la
homeostasis, así como favorecer la supervivencia del organismo al darle la
capacidad de responder rápidamente ante las situaciones que se le presenten.
En
los seres humanos, además de cumplir estas funciones, el sistema nervioso nos
da la posibilidad de pensar, aprender, imaginar, crear y soñar.
Nuestro organismo tiene
varias glándulas endocrinas, es decir, de secreción interna, diferentes a las
glándulas exocrinas, que son de secreción externa. Las glándulas de secreción
externa, es decir, las exocrinas, son las lacrimales, sudoríparas, sebáceas, mamarias,
salivales o digestivas, las cuales producen secreciones que salen del cuerpo o
hacia cavidades interiores, pero que no llegan a la sangre.En cambio, las glándulas endocrinas vierten sus secreciones directa-mente a la sangre y su actividad se detecta por el efecto que causan en otros órganos. Cabe mencionar que el páncreas es una glándula de doble función, ya que actúa como glándula exocrina al producir enzimas que vierte al sistema digestivo, y como glándula endocrina al producir insulina, que envía a la sangre, donde controla los niveles de azúcar circulantes. Las glándulas de secreción interna que conforman el sistema endocrino son las que se señalan en la figura 25. De todas las glándulas endocrinas, la más importan-te, a veces llamada "glándula maestra", es la hipófisis, también conocida como pituitaria. Esta glándula es muy pequeña, tiene el tamaño de un frijol y está formada por dos lóbulos: el anterior o adenohipófisis, y el posterior o neurohipófisis. La hipófisis produce diversas hormonas, cuatro de ellas controlan a otras glándulas endocrinas; pero ¿qué órgano controla a la hipófisis?, ¿de qué manera puede llegar la información a la hipófisis sobre las necesidades del organismo en un momento dado? Existe un órgano que forma parte del sistema nervioso, pero que tiene la capacidad de producir hormonas. Es el puente entre el sistema nervioso y el sistema endocrino. Se trata del hipotálamo, que es un órgano situado arriba de la hipófisis.
El hipotálamo posee neuronas con capacidad secretora y en él se producen los factores de liberación que ponen a trabajar a la hipófisis. El hipotálamo puede actuar en respuesta a estímulos del medio ambiente como luz, calor, sonido, olor, gusto, tacto o bien a cambios internos, ya sean químicos, térmicos u osmóticos. Para entender la manera en que se coordinan las hormonas del sistema endocrino, veamos un ejemplo sencillo. Cuando hace mucho frío, el hipotálamo detecta el cambio en la temperatura de la sangre que pasa por él y envía un factor liberador —una hormona— a la hipófisis. Entonces, la hipófisis libera la hormona estimulante de la tiroides. A su vez, la tiroides libera la hormona tiroxina, que acelera el metabolismo y hace que la temperatura de la persona se eleve.
Cuando la sangre llega a su temperatura normal, el hipotálamo deja de enviar el factor liberador, la hipófisis deja de enviar la molécula estimulante de la tiroides y así el metabolismo vuelve a su estado basal. De esta manera, el sistema se regula por medio de una retroalimentación negativa. Veamos este proceso en un diagrama. Las células secretoras del hipotálamo también producen dos hormonas, la oxitocina y la antidiurética, las cuales se almacenan en el lóbulo posterior de la hipófisis —llamado neurohipófisis— y de allí son secretadas hacia sus órganos blancos.
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