La regulación en el volumen
de agua que se elimina a través de la orina es muy importante, ya que un exceso
en la eliminación de agua podría producir deshidratación. Por otra parte,
mantener un volumen elevado de agua dentro del organismo puede tener como
consecuencia cambios en las células que las llevarán a perder su funcionalidad.
Debido a esto existen mecanismos hormonales que controlan la cantidad de orina
que se produce, en respuesta a las fluctuaciones en la densidad de la sangre.
La hormona que controla la reabsorción del agua es la antidiurética, que se
produce en la glándula hipófisis, situada debajo del cerebro. Esta hormona hace
que las paredes de los túbulos colectores sean permeables al agua y devuelvan
más agua a la sangre, para que salga menos en la orina. Esta hormona funciona
con un mecanismo de retroalimentación negativa, es decir, si el nivel de agua
en la sangre se eleva —por ejemplo cuando tomamos mucha agua— se detecta que la
sangre está más di-luida y se detiene la secreción de la hormona antidiurética,
con lo que se elimina agua hasta volver a la normalidad. Por eso, cuando tomas
mucha agua vas más seguido al bario. Algunas sustancias tienen efectos
diuréticos en las personas, lo que provoca una mayor eliminación de orina que
la normal. Entre ellas están el café, la cerveza, la Jamaica y la piña El
estrés del frío inhibe la producción de la hormona antidiurética y por lo tanto
se elimina una mayor cantidad de orina.
Nuestro cuerpo tiene que enfrentarse cada día a diversos
retos: disminuye el volumen de agua en el organismo, se enfrenta al frío o al
peligro... Para todo este tipo de acciones, existe un sistema que controla
diversas funciones del organismo, como el volumen de agua que eliminamos o la
aceleración del metabolismo para generar calor. Este sistema es el que produce
nuestras hormonas y se conoce como sistema endocrino. Este sistema contribuye
en el mantenimiento de la homeostasis del cuerpo. Las hormonas son sustancias
reguladoras de los procesos biológicos. Son moléculas que actúan a concentraciones
mínimas, acelerando o inhibiendo la actividad de diversos órganos. Se producen
en glándulas de secreción interna, llamadas glándulas endocrinas, y viajan a
través de la sangre hasta llegar al órgano en el que ejercen su acción.
A este
órgano se le llama "órgano blanco", lo que alude a que ese órgano es
el objetivo de la hormona, como si habláramos de un "tiro al blanco. La
naturaleza química de las hormonas puede ser muy diversa. Hay algunas que son
proteínas pequeñas, como la insulina; otras son aminoácidos modificados, como
en el caso de la adrenalina. También las hay esteroides y por lo tanto,
pertenecen al grupo de los lípidos, como las hormonas sexuales. Cada hormona
que se libera a la circulación va en busca de células que tengan en su membrana
receptores para unirse a ella. Así, aunque viaje por todo el organismo, la
hormona sólo se va a unir a las células del órgano blanco y única-mente sobre
ellas va a actuar.
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