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martes, 30 de octubre de 2012

Función de las nefronas



Si hacemos un corte a un riñón, podemos ver que dentro de él hay cientos de miles de unidades muy pequeñas —las nefronas—que son las encargadas de filtrar la sangre y producir la orina. Una nefrona es un tubo muy largo doblado sobre sí mismo y rodeado de vasos capilares. En un extremo este tubo está cerrado y forma la cápsula de Bowman, dentro de la cual se instala una arteriola muy ramificada llamada glomérulo. La sangre que circula por el glomérulo trae una presión tan fuerte que todos los liquidos que contiene pasan hacia la cápsula de Bowman e inician un recorrido por el túbulo que le sigue. 

En este filtrado se encuentran sales, glucosa, aminoácidos —sustancias que todavía son útiles al cuerpo— y mucha agua A medida que el filtrado avanza por el túbulo proximal y por el túbulo distal, poco a poco se recupera todo lo que es útil y pasa de nuevo hacia la sangre por los vasos capilares que rodean a estos túbulos. Para entender este proceso, imaginemos que vas a limpiar un cajón lleno de cosas, algunas útiles y otras inservibles. Lo primero que haces es vaciar todo el cajón, y luego guardas lo que sirve y dejas fuera lo que vas a tirar. Así, el filtrado que ha salido de la sangre avanza por la nefrona, y queda sólo lo que ya no es útil y devuelve a la sangre los nutrientes, las sales y sustancias que aún son utilizables. 

El último paso en la formación de orina es la reabsorción del agua; ésta ocurre principalmente en los tubos colectores. Los riñones de una persona trabajan de tal manera que de 180 litros que se filtran al. día, se recuperan más de 178 y sólo se elimina 1 o 1.5 litros de orina. La orina sale del tubo colector hacia la pelvis renal y de allí se enviará hacia la vejiga.