Las técnicas
de la ingeniería genética han conducido a la producción de organismos
genéticamente modifica-dos (oGm). En ellos se han insertado genes provenientes
de otra especie; por ejemplo, se han transferido genes con resistencia al
ataque de insectos en plantas de maíz, algodón y papa, con lo cual se han
creado plantas transgénicas que podrían implicar una mejoría en cuanto a un
menor uso de insecticidas y un aumento de la producción de alimentos. Algunos
ejemplos de las características de las plantas transgénicas que han podido
obtenerse son las siguientes:
- Resistencia al ataque de insectos: los genes transferidos a variedades de maíz, algodón y papa han hecho que estas plantas sean resistentes a las plagas, ya que sus células producen una sustancia tóxica para insectos.
- Mayor tolerancia a factores ambientales: por ejemplo, en plantas de fresa se ha insertado el gen de una pro-teína anticongelante que poseen algunos peces de la Antártida, lo cual les permite resistir el frío.
- Alargamiento de la vida de anaquel de los frutos: por ejemplo, del tomate, que por modificaciones en los genes se retrasa su maduración.
El uso de esta tecnología es una promesa en cuanto a la
producción masiva de alimentos. Sin embargo, el cultivo de este tipo de plantas
trae consigo el riesgo de que las plantas genéticamente modificadas sean tan
exitosas en el campo, que compitan ventajosamente con las variedades originales
y las desplacen hasta el punto de disminuir la biodiversidad de especies y
alterar el equilibrio ecológico. Esto ha llamado la atención de los grupos
ecologistas y del público en general para solicitar que no se otorgue el permiso
de cultivar plantas transgénicas hasta no contar con
resultados de estudios
suficientemente completos acerca de sus posibles efectos en el medio ambiente.
Recientemente, en México, se ha dado permiso para realizar algunos
cultivos de prueba de maíz transgénico, lo cual ha generado diversas posturas,
algunas a favor y otras que rechazan esta acción por los riesgos que conlleva y
por el hecho de que las semillas de maíz transgénico son comercializadas por
empresas transnacionales. Asimismo, se ha solicitado a los países de donde importamos
productos (por ejemplo, Estados Unidos) que no nos envíen granos transgénicos,
como en el caso del maíz.
No obstante, ha sucedido que este tipo de semillas ha
ingresado a México con el consiguiente riesgo ambiental de que sean sembradas y
cultivadas en campos mexicanos, posiblemente sin que el mismo agricultor esté
enterado de ello, y que además tenga que pagar a las empresas productoras de
estas semillas fuertes sumas económicas por su utilización.
Los animales
transgénicos son otro de los logros de la biotecnología moderna. Se han
obtenido animales con genes modificados, a los que se les ha insertado el gen
de la hormona del crecimiento bovino para mejorar la eficiencia de producción
de leche, la ganancia de peso corporal y la composición de músculo/grasa de la
carne. Se han obtenido así vacas, puercos, ovejas y conejos transgénicos.
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