La distrofia muscular es
una enfermedad de origen genético que se ubica en el cromosoma X. En este caso,
debido a la falta de una proteína que se encuentra normalmente asociada a la
actina, los sarcómeros no pueden contraerse. A causa de ello los músculos se
debilitan y se degeneran progresivamente. La persona va perdiendo la capacidad
de moverse, y hacia los 12 arios de edad ya no le es posible caminar.
Debido a
que la enfermedad se relaciona con el cromosoma X, se hereda ligada al sexo, y
por lo tanto es mucho más frecuente en individuos del sexo masculino que en las
mujeres, en proporción de 1 en 3500.
Lamentablemente en la actualidad no existe
tratamiento para curar esta enfermedad, aunque se están implementando algunos
posibles tratamientos experimentales basados en el uso de células madre, que
quizás en el futuro permitan un pronóstico más alentador para quienes nacen con
este padecimiento.
El tétanos es una enfermedad de los músculos causada por una
bacteria anaerobia, llamada Clostridium tetani. Esta bacteria forma esporas que
pueden estar en la tierra, especialmente en la que contenga residuos de
estiércol. Dichas esporas resisten por años si se encuentran en un lugar oscuro
y poco aireado. Cuando una persona se provoca alguna herida por alguna cortada
penetrante y queda expuesta a este tipo de bacterias, éstas se introducen a su
organismo y producen una toxina que altera el funcionamiento de las neuronas
motoras, haciendo que se produzcan contracciones intensas y continuas en los
músculos, de manera que se ponen rígidos. Después de algunos días, los músculos
cardiacos y respiratorios se paralizan y sobreviene la muerte.
Afortunadamente
existe la vacuna antitetánica, que previene esta enfermedad. Es importante que
se aplique de acuerdo a los esquemas de vacunación desde la infancia, y en caso
de alguna herida grave debe aplicarse un refuerzo.
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