Como sabemos, todos los movimientos que realizan los
animales se basan en la acción de los músculos y los huesos. De la rapidez y
precisión con que se efectúen sus movimientos puede de-pender su supervivencia,
de ahí la importancia de estos dos sistemas. Veamos cómo funcionan el sistema
muscular y el esquelético de los vertebrados, señalando al ser humano como
ejemplo de este tipo de organismos. Sistema muscular Todos los días, desde que
nos levantamos por la mañana, nuestro organismo realiza una serie de
Movimientos: al peinarnos, al comer al caminar hacia la
escuela, al escribir o al sonreír a nuestras amistades. Asimismo, en el
interior de nuestro cuerpo, los órganos como el corazón o los pulmones se
mueven rítmicamente para mantener-nos con vida. Ninguna de estas acciones sería
posible sin la acción de los músculos. Como recordarás, existen tres tipos de
tejidos musculares: el liso, el cardiaco y el esquelético. Músculo liso. Se
encuentra en la mayoría de nuestros órganos internos, y es el responsable de
los movimientos de éstos; este tipo de músculo se encuentra, por ejemplo, en
nuestros vasos sanguíneos y es el que regula nuestra presión.
arterial, asimismo realiza los llamados movimientos
peristálticos característicos, por ejemplo, del estómago y el intestino.
Músculo cardiaco. Se encuentra exclusivamente en el corazón, y produce sus
latidos Este tipo de músculo se contrae y relaja alternadamente, de manera que
facilita el impulso de la sangre que es bombeada a todo el cuerpo.
Si este músculo se contrajera permanentemente ocasionaría
graves consecuencias que podrían desembocar en la muerte. Músculos
esqueléticos. Se encuentran generalmente asociados a las articulaciones de
nuestro sistema óseo, y son los responsables de los movimientos que realizamos,
ya sea para desplazarnos, para levantar algún objeto, escribir o hablar, por
citar algunos ejemplos. Los músculos esqueléticos se encuentran organizados en
forma de haces envueltos por tejido conectivo. frente a ti tu brazo derecho y/o
levantas lentamente, podrás observar y sentir cómo se eleva el músculo que conocemos
como bíceps. Éste está formado por miles de fibras musculares individuales
envueltas por tejido conectivo. Para comprender su funcionamiento, veamos los
niveles de organización de nuestros músculos. Por ejemplo, un músculo como el
bíceps consiste en muchos haces de fibras musculares. Cada fibra muscular
contiene miofíbrillas. En las miofibrillas existen dos tipos de proteínas
contráctiles: la actina y la miosina. Los filamentos de actina y de miosina
forman las unidades básicas de la contracción muscular, que son llamadas
sarcómeros .
Cada sarcómero contiene fibras delgadas de actina y fibras
gruesas de miosina.
La contracción muscular se efectúa cuando
los filamentos de actina, que son más delgados, se acercan unos a otros y se
superponen con los filamentos de miosina, de manera que la zona H se torna más
densa. Este proceso es similar a dos puertas corredizas que se deslizan para
cerrarse; imaginemos que las puertas corredizas son los filamentos de actina,
que al acercarse uno al otro hacen que todo el sarcómero se haga más corto. La
contracción muscular responde a señales del sistema nervioso, y se relaciona
con la liberación de iones de calcio en los músculos. Desde luego es un proceso
que requiere de energía, así que para poder realizar la contracción muscular
las células efectúan un gasto de ATP.
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