Las personas de piel oscura, por tener más melanina, sufren
menos de este tipo de consecuencias por la exposición excesiva al Sol.
Existen
dos tipos de cáncer de piel: el tipo no melanoma y el melanoma. El no melanoma
es más frecuente y menos agresivo. Se forma en las células que no producen
pigmentos de la piel. Este tipo de cáncer tiene baja malignidad.
La exposición excesiva a los rayos uv del Sol puede causar serias consecuencias. En las personas de piel clara que se exponen al Sol se produce un oscurecimiento o bronceado de la piel al principio, pero cuando la melanina no logra absorber tofos los rayos ultravioleta, la piel se enrojece, se arruga y en un caso extremo puede desarrollarse cáncer en la piel.
El melanoma maligno es un tipo de cáncer más peligroso, frecuentemente
mortal, que puede reconocerse por un cambio en el aspecto de la piel, por
ejemplo una herida que no sana o una pequeña protuberancia. También puede
aparecer como una mancha roja, áspera o escamosa que tiene tendencia a crecer.
Es importante observar cualquier signo de cambio en la apariencia de la piel
para detectar a tiempo el desarrollo del cáncer en este órgano.
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