Cuando un individuo tiene una mutación puede
tener una ventaja con respecto a los demás, pero para llegar a adaptarse a un
medio ambiente necesita combinar varias mutaciones favorables.
En los
organismos que se reproducen de manera asexual es muy difícil combinar
mutaciones, pero en los que llevan a cabo la reproducción sexual, se produce
intercambio de genes y esto hace posible la recombinación de mutaciones
favorables, con lo que aumenta de manera considerable la variabilidad genética
y la capacidad de adaptación de los organismos y la población
Durante la formación de las células sexuales, en la
meiosis, se producen procesos de entrecruzamiento en los organismos, de manera
que los genes de un cromosoma pueden pasar a otro.
Esto produce nuevas
combinaciones que en un momento dado pueden salvar a una especie de la
extinción.
Factores causantes de cambio en las poblaciones
Ya hemos dicho que
la evolución es el resultado de cambios persistentes en la poza genética de una
especie.
Estos cambios se reflejan en la frecuencia de los alelos dominantes y
recesivos de la población. Los principales factores que influyen en la frecuencia
de los alelos en la población y que inducen cambios que conducen hacia la
evolución son: migración, deriva génica, apareamiento no alea-torio y selección
natural.
Migración
Cuando los individuos se mueven de una población a
otra, o bien llegan nuevos miembros a incorporarse a ella, se produce un flujo
de genes que puede modificar la poza genética de la población. Así, el
organismo intruso que se aparea dentro de la población le confiere a ésta
nuevos genes que pueden enriquecer su poza genética y mejorar su capacidad de
adaptación ante las condiciones ambientales.
Por ejemplo, imaginemos que hay dos charcas en las que se
encuentra cierta especie de ranas.
Cuando una rana emigra de su
charca hacia la otra, re-corriendo tal vez una larga distancia, lleva consigo
los genes de su charca original y los compartirá al reproducirse con las ranas
de la charca que vi-sita. Esto favorece a la especie porque incrementa la
variabilidad en la población que ha recibido a la rana visitante.
Otro
resultado de este proceso es que la especie conserve cierta diversidad, ya que
de otra manera podría suceder que al paso de muchas gene-raciones, si no
existiera intercambio genético, las ranas de ambas charcas cambiarían tanto que
ya no se reproducirían entre sí. Otro ejemplo del flujo de genes por migración
se puede observar en las poblaciones de los seres humanos.
Cuando llegan
personas extranjeras y se casan con otras del lugar aportan nuevos genes a la
población, lo cual provoca que aumente la variabilidad y se realice un cambio
en las frecuencias de los alelos que se tenían originalmente. Así se conformó,
por ejemplo, el genoma de los mexicanos, en el que se han mezclado genes de los
indígenas originarios de esta región con los de españoles que llega-ron hace
varios siglos.
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