En su paso por los vasos capilares, la sangre
llega a perder algo de líquido, el cual se distribuye en los tejidos. Este
fluido se conoce como líquido intersticial, y es necesario devolverlo a la
sangre. Para ello existe una serie de vasos especia-les, llamados vasos
linfáticos, que transportan este líquido, al que se le conoce también como
linfa, desde los diferentes tejidos hasta llevarlo a los vasos sanguíneos.
Esta actividad es muy importante, ya que en una persona promedio, se recuperan
aproximadamente tres litros de líquido intersticial cada día. Además de cumplir
con esta función, los vasos linfáticos transportan las grasas que son
procesa-das por el sistema digestivo llevándolas desde el intestino delgado
hasta el corazón.
Además de los vasos
linfáticos, cuyas funciones ya hemos mencionado, el sistema linfático está
formado por: ganglios, amígdalas, timo y bazo, órganos que participan en las
acciones del sistema inmunitario para destruir microorganismos extraños. Los
ganglios linfáticos y las amígdalas contienen leucocitos que ingieren a los
invasores extraños, como las bacterias.
El timo produce linfocitos, los cuales
fabrican anticuerpos que participan en la defensa del organismo. Este órgano es
más activo en la niñez y después va perdiendo su funcionalidad. El bazo
contiene macrófagos y linfocitos y también participa de las funciones de
defensa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario